El uso de la tecnología en la vida cotidiana ha transformado drásticamente la manera en que manejamos y procesamos la información. Hoy en día, contar con dispositivos digitales, como teléfonos móviles y ordenadores, para almacenar datos y realizar múltiples tareas es algo habitual. Sin embargo, esta dependencia ha disminuido significativamente la necesidad de recordar información de forma autónoma, lo que a largo plazo puede afectar el entrenamiento de la memoria y la capacidad de retención.
La delegación de funciones cognitivas a la tecnología, como recordar números de teléfono o realizar cálculos básicos, está comprometiendo nuestra habilidad para llevar a cabo estas tareas de manera independiente. Esto ha llevado a un fenómeno denominado «entumecimiento cognitivo», que limita nuestras habilidades naturales. Según la Real Academia Nacional de Medicina, el uso excesivo de la inteligencia artificial está debilitando no solo la retención de conocimientos, sino también la capacidad de resolver problemas y de pensar críticamente. A esto se suma la creciente prevalencia de problemas de salud mental, que ha contribuido a la aparición de la «niebla mental», caracterizada por una disminución de las capacidades de concentración y memoria.
Esta niebla mental resulta ser especialmente preocupante, ya que, según un estudio de Cigna International Health, el 31% de los españoles manifiesta tener dificultades para mantener la concentración debido al estrés. En este contexto, Elena Luengo, directora de Innovación de Cigna Healthcare España, enfatiza la importancia de aprender a manejar la tecnología de manera que favorezca nuestro bienestar cognitivo y emocional. Luengo recomienda establecer límites saludables en nuestra interacción con dispositivos y dedicar tiempo a actividades que estimulen nuestras capacidades cognitivas, como la lectura y la resolución de problemas.
Para prevenir la niebla mental y cuidar la salud cognitiva, los expertos de Cigna Healthcare proponen cinco estrategias clave. En primer lugar, se sugiere incorporar «détoc digitales», periodos sin conexión a Internet que permitan al cerebro recuperarse del constante flujo de información. También se enfatiza la importancia de mantener al cerebro activo a través del aprendizaje continuo y tareas que desafíen nuestra capacidad cognitiva. Asimismo, es fundamental mantener la autonomía cognitiva evitando la dependencia excesiva de la tecnología para actividades cotidianas.
La alimentación juega un papel crucial en el bienestar cognitivo, por lo que se recomienda seguir una dieta equilibrada rica en nutrientes y evitar el exceso de azúcares y alimentos procesados. Por último, el «neurofitness», que incluye resolver rompecabezas o jugar al ajedrez, es esencial para activar áreas del cerebro relacionadas con la memoria y la toma de decisiones.
Adoptando estas estrategias, se busca no solo preservar la salud mental, sino también mantener la capacidad para procesar y retener información, favoreciendo un equilibrio que beneficie nuestro bienestar integral.