En el fascinante mundo del arte, hay historias sorprendentes de obras maestras que, tras haber sido olvidadas por décadas, emergen repentinamente y transforman la vida de sus poseedores. Diversos ejemplos ilustran la suerte que pueden tener aquellos que tienen la fortuna de descubrir estos tesoros inadvertidos.
Uno de los casos más asombrosos es el «Retrato de un hombre joven» de Rafael. Esta obra fue comprada en Nueva Jersey por apenas 7 dólares durante los años 70. El comprador, ignorando su verdadero valor, la almacenó en su sótano hasta que un experto descubrió que se trataba de una obra auténtica de Rafael, valorada en más de 40 millones de dólares.
Otro ejemplo notable es la pintura «Untitled» de Jean-Michel Basquiat. En 1984, Emily y Jerry Spiegel adquirieron esta obra por 19.000 dólares en una subasta de Christie’s. En mayo de 2017, la pintura fue subastada en Sotheby’s y el empresario japonés Yusaku Maezawa la compró por 110,5 millones de dólares, muy por encima de la estimación previa de 60 millones de dólares.
La pintura «Coge la cabaña» de Vincent van Gogh es otra obra redescubierta. Un comerciante de arte la adquirió por aproximadamente 100 dólares en un mercadillo en 1960. Décadas después, una investigación confirmó que era una auténtica pieza de Van Gogh, aumentando su valor a entre 14 y 20 millones de dólares en el mercado actual.
El valor de «La danza» de Henri Matisse también ha generado asombro. En 1952, una versión de esta obra se vendió por 15.000 dólares. Sin embargo, el creciente interés por Matisse en el mundo del arte contemporáneo ha elevado su valor a más de 100 millones de dólares en la actualidad.
Quizás uno de los casos más extraordinarios sea el de una obra sin título de Jackson Pollock. Adquirida en una venta de garaje por solo 5 dólares, un crítico la identificó posteriormente como un auténtico Pollock. Tras su autenticación, la obra pasó a ser altamente codiciada, con un valor estimado en varios millones de dólares.
Otras historias incluyen «La basílica de San Pedro» de Giovanni Paolo Panini, comprada por 300 dólares en un mercadillo y vendida posteriormente por más de un millón de dólares; y «El embajador de la reina» de Holbein, descubierto en un almacén y subastado por una suma simbólica antes de ser reconocido como una obra maestra de gran valor.
Según Ferrán Teixidó, CEO de cuadrosantiguos.es, empresa especializada en la valoración, venta y subasta de cuadros, estas situaciones son más comunes de lo que se imagina. «Muchas familias poseen cuadros heredados que no saben que pertenecen a un autor o a una época determinada y se llevan una sorpresa cuando piden una valoración a un experto para vender su obra,» afirma Teixidó. Para aquellos que desean valorar, vender o subastar un cuadro, se recomienda acudir a expertos en el mundo del arte, como cuadrosantiguos.es, una empresa española que podría transformar los olvidados tesoros del desván en millonarias oportunidades.
En definitiva, el arte es un campo lleno de misterios y descubrimientos inesperados, y estos ejemplos demuestran que un simple cuadro olvidado puede cambiar la vida de sus dueños, revelando el valor incalculable que yace oculto tras su aparente simplicidad.