Recientemente, los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2024 han sido publicados, revelando un panorama mixto en el ámbito laboral español. El Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco ha puesto el foco en el desempleo de larga duración, un fenómeno que se define por la búsqueda de empleo que se extiende por más de un año, y que está estrechamente vinculado a la pobreza y la exclusión social en España.
Los datos de la última EPA indican que el desempleo de larga duración ha alcanzado su nivel más bajo desde 2010. Sin embargo, un análisis más profundo revela que este tipo de desempleo continúa afectando de manera desproporcionada a personas mayores de 50 años y a mujeres, lo que sugiere la presencia de desigualdades estructurales en el mercado laboral. A pesar de la mejora general, el 45% de los parados de larga duración son mayores de 50 años, un grupo que ha visto incrementada su representación en comparación con años anteriores.
El desempleo de larga duración en España se origina por diversas razones. En primer lugar, la dependencia del país de sectores cíclicos como el turismo y la construcción ha dejado a muchos trabajadores en situación precaria durante las crisis económicas. Además, la automatización y la introducción de nuevas tecnologías han hecho que ciertos empleos queden obsoletos, poniendo de manifiesto un desajuste entre las habilidades de los trabajadores y las demandas del mercado laboral. A esto se suma un sistema educativo que no prepara adecuadamente a los profesionales para el entorno laboral actual.
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, señala que el desempleo de larga duración afecta de manera particular a grupos vulnerables, como las personas con discapacidad y los mayores de 50 años. Estos colectivos enfrentan numerosas dificultades para reintegrarse en el mercado laboral, acentuadas por prejuicios y barreras estructurales.
Pese a la buena noticia de que el desempleo de larga duración ha descendido por debajo del millón de personas por primera vez en 15 años, con una disminución del 13,4% respecto al año anterior, persisten retos importantes. En concreto, 999.700 personas permanecen desempleadas durante más de un año, lo que pone de manifiesto que los problemas subsisten, sobre todo para aquellos con más de 50 años, quienes enfrentan un panorama particularmente complicado.
Los análisis desglosan que las claves de esta disminución del desempleo de larga duración incluyen la creación de nuevos puestos de trabajo impulsados por la digitalización, que han permitido a muchas personas encontrar empleo en áreas emergentes. Asimismo, el teletrabajo ha ampliado las oportunidades laborales, permitiendo que trabajadores con trayectorias laborales interrumpidas puedan acceder a nuevos empleos.
Las mujeres, por su parte, son un grupo que merece atención especial, ya que representan el 56% de los desempleados de larga duración. Factores como las interrupciones profesionales debido a responsabilidades de cuidado y su alta representación en sectores vulnerables a crisis económicas agravan su situación en el mercado laboral.
Estas estadísticas y el informe de la Fundación Adecco revelan que, a pesar de las mejoras, es crucial seguir trabajando en políticas activas de empleo y programas de formación que fomenten la inclusión de los sectores más vulnerables de la población, para asegurar que la recuperación económica sea equitativa y sostenible.