DXC Technology identifica cinco tendencias en ciberseguridad que marcarán el futuro a partir de 2025

DXC Technology Identifica Cinco Tendencias en Ciberseguridad Que Marcarán el Futuro a Partir de 2025

En un mundo cada vez más interconectado, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un pilar fundamental en la lucha contra la ciberdelincuencia. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos y detectar patrones permite identificar intentos de ataque y actividades maliciosas. Sin embargo, mientras los expertos en ciberseguridad utilizan estas herramientas para proteger sistemas, los ciberdelincuentes también las emplean, sofisticando sus ataques y aumentando su eficacia.

Los correos electrónicos de phishing, por ejemplo, han evolucionado de simples trampas a engaños complejos difíciles de detectar, gracias a la IA. Además, las técnicas de deepfake permiten crear imágenes y vídeos falsos convincentes para cometer fraudes. La naturaleza adaptativa de la IA facilita los ataques de ingeniería social, haciendo parecer más confiables a los delincuentes y aumentando así el número de víctimas que caen en sus redes.

El aumento del trabajo a distancia ha incrementado la superficie de ataque, ya que los sistemas de seguridad tradicionales no son suficientes para proteger a los empleados en este nuevo entorno digital. Desde teléfonos móviles hasta aplicaciones de redes sociales, todas las herramientas tecnológicas se han convertido en potenciales puertas de entrada para las ciberamenazas.

Las infraestructuras críticas, como las centrales eléctricas y las plantas de tratamiento de agua, también están en el punto de mira. Los ciberataques dirigidos a estas tecnologías operativas podrían tener consecuencias devastadoras. Con la tensión geopolítica en aumento, estas amenazas podrían intensificarse, presionando a las industrias a reforzar sus medidas de ciberseguridad.

Los acontecimientos globales también juegan un papel en el incremento de ciberataques, donde actores malintencionados aprovechan la vulnerabilidad de sistemas y personas en tiempos de crisis. Estos ataques no solo afectan a los usuarios directamente, sino también a las cadenas de suministro, comprometiendo datos sensibles y aumentando el riesgo de violaciones de seguridad.

Para enfrentar esta situación, es crucial cerrar la brecha mundial de competencias en ciberseguridad. Las organizaciones deben adaptarse rápidamente, incorporando y formando a nuevos talentos. La IA y el aprendizaje automático no solo actúan como herramientas para los equipos de seguridad más reducidos, sino que aumentan las capacidades humanas, permitiendo responder de manera efectiva a las amenazas emergentes.

En un paisaje tecnológico cada vez más complejo, la inteligencia artificial no solo representa una amenaza, sino también una oportunidad para abordar los desafíos de la ciberseguridad moderna. La clave radica en equilibrar su uso para proteger a las organizaciones y a la sociedad en su conjunto.