Un reciente estudio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) revela que el 70% de los hogares españoles tiene contratada una potencia eléctrica superior a la necesaria, resultando en un incremento innecesario en la factura de la luz. La potencia contratada, un coste fijo en el recibo de electricidad, se cobra independientemente del consumo real, lo que significa que muchos consumidores están pagando más de lo necesario.
Con el otoño en pleno apogeo y el cambio de hora próximo, la compañía Gana Energía recomienda realizar una revisión de la potencia contratada para optimizar la factura de la luz según las necesidades reales de cada hogar. Esta medida puede permitir un importante ahorro si se elige la tarifa adecuada.
La potencia contratada define cuántos kilovatios (kW) pueden consumirse al mismo tiempo en un hogar. Cuanta más potencia se tenga, más aparatos podrán funcionar simultáneamente sin provocar un corte de luz. Sin embargo, una potencia mayor también significa un costo más alto en la factura mensual.
Para decidir si es necesario un ajuste de la potencia, es crucial evaluar dos situaciones: si la luz se corta al usar varios electrodomésticos simultáneamente, la potencia contratada podría ser insuficiente. Por el contrario, si en los últimos meses no se han producido cortes a pesar de un uso intensivo de aparatos eléctricos, es probable que la potencia sea demasiado alta. Reducirla en 1 kW podría ahorrar hasta 48 euros anuales.
El exceso de potencia contratada puede verificarse encendiendo todos los electrodomésticos y luces de la vivienda. Si no se producen cortes, la potencia contratada podría ser superior a la necesaria, siendo recomendable su reajuste, dado que no es habitual utilizar todos los dispositivos eléctricos al mismo tiempo.
No obstante, se debe evitar contratar una potencia demasiado baja, ya que esto resultaría en cortes frecuentes al superar la capacidad instalada, demandando revisiones constantes del cuadro eléctrico. El equilibrio ideal permite experimentar cortes raros y solo durante demandas excepcionales, lo que sugiere una correcta elección de potencia.
Para cambiar la potencia contratada, ya sea para aumentarla o reducirla, se debe contactar con la comercializadora correspondiente, ajustando la potencia según las necesidades energéticas y considerando las tarifas por hora. Las horas punta presentan un coste más elevado, entre las 8:00 y las 00:00 en días laborables, mientras que las horas valle ofrecen precios más bajos.
El cambio de potencia tiene un coste fijo, regulado por la distribuidora en concepto de derechos de enganche, acceso y extensión, y se permite una vez al año. Es importante confiar en la comercializadora para obtener una recomendación basada en el consumo real del hogar, dejando siempre un margen para soportar aumentos puntuales en la demanda eléctrica. Esto garantizará un uso eficiente y económico de la energía en el hogar.