A medida que se acerca el Día Internacional del Migrante, que se celebra el 18 de diciembre, SINGA, una organización comprometida con la inclusión de personas migrantes y refugiadas, destaca el impacto transformador de la migración en las identidades en España. Este país, cada vez más diverso, se enfrenta a cambios profundos en la manera en la que se entiende la pertenencia.
Flavia Catacora, directora de SINGA Barcelona, subraya que «la migración no es solo una estadística, es un motor de diversidad, creatividad e innovación». A pesar de este efecto positivo, las barreras sistémicas y el reconocimiento limitado de las credenciales extranjeras siguen siendo desafíos significativos para los migrantes en el ámbito laboral.
El mundo del arte ilustra cómo estas dificultades se intensifican en espacios considerados exclusivos. Artistas como Karim Khourrou, fotógrafo e investigador nacido en Cataluña de ascendencia marroquí, reflejan esta realidad en su trabajo. Khourrou describe su experiencia con una doble identidad: «La educación social me enseñó a ser español, pero en casa vivía como marroquí». A través del colectivo Alakhawat, busca dar visibilidad a las experiencias de los artistas migrantes y a las barreras culturales que enfrentan.
Soumeya Lerari, activista y DJ argelina establecida en Barcelona, enfatiza la relevancia del capital social para los migrantes, quienes a menudo sienten la incertidumbre al navegar en un nuevo entorno. «Al ser migrante, a veces no sabes dónde tocar la puerta, ni cuáles son los códigos del lugar. Solo alguien que haya pasado por lo mismo puede ayudarte», explica Lerari.
En la actualidad, los recién llegados en España representan una parte vital de la fuerza laboral y cultural, aunque muchos deben enfrentarse a trabajos precarios que no corresponden a sus calificaciones. El arte, a menudo percibido como un espacio accesible, se convierte en un sector especialmente difícil de conquistar para los migrantes.
Catacora concluye que SINGA aboga por «una inclusión real, donde la diversidad no solo sea aceptada, sino que sea vista como un catalizador de cambio». La organización trabaja para cambiar la narrativa sobre la migración, mostrando que el talento de las personas migrantes contribuye al bienestar social y económico. Catacora también agrega que «las identidades híbridas son una realidad transformadora y, lejos de ser una barrera, son un motor clave de cambio para los retos sociales y medioambientales a los que se enfrenta España».
SINGA es una organización ciudadana internacional que opera en siete países y 17 ciudades, con más de diez años de trayectoria en la creación de oportunidades para recién llegados a través del apoyo al emprendimiento y actividades comunitarias. Desde su establecimiento en Barcelona en 2018, SINGA ha ayudado a más de 31 emprendedores a llevar a cabo sus proyectos, reafirmando su compromiso con la inclusión y la diversidad.