Cada día, millones de niños y niñas alrededor del mundo ven truncado su futuro debido a conflictos armados, desastres naturales y desplazamientos forzados. En el marco del Día Internacional de la Educación, la Campaña Mundial por la Educación (CME) hace un llamado urgente a la comunidad internacional para priorizar la educación en emergencias como un derecho fundamental y una herramienta clave para reconstruir sociedades en contextos de crisis.
Las cifras son alarmantes: más de 224 millones de niños, niñas y jóvenes en todo el mundo se ven privados de su derecho a una educación de calidad, enfrentándose a situaciones de mayor vulnerabilidad, violencia y explotación. Ante este panorama, la CME, a través de sus esfuerzos globales y en España, subraya la necesidad de garantizar que todos los niños y adolescentes tengan acceso a una educación gratuita, inclusiva y de calidad, especialmente en los momentos más difíciles.
En contextos de emergencia, las escuelas no solo son lugares para aprender, sino que también actúan como espacios seguros donde los menores encuentran estabilidad, apoyo emocional y protección frente a la violencia. Sin embargo, menos del 3% de la ayuda humanitaria mundial se destina a educación, lo que pone en riesgo el futuro de generaciones enteras. A pesar de que la población mundial no escolarizada se ha reducido en un 1% en casi diez años, uno de los principales obstáculos para avanzar en este tema es la insuficiencia crónica de la inversión en educación, particularmente en países con rentas bajas.
Desde la CME se enfatiza que invertir en educación en emergencias es una cuestión de justicia y sostenibilidad global. Por ello, se urge a los gobiernos y a los donantes internacionales a establecer un plan de metas anuales con miras a 2030, para cumplir con el compromiso internacional de destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Además, se solicita aumentar la ayuda humanitaria al 10% de la AOD total, destinando dentro de esta partida un 10% a la educación en emergencias para el año 2030. Es importante resaltar que, desde 2019, la proporción de la AOD destinada a la educación ha disminuido del 9,3% al 7,6% en 2022, lo que hace más urgente la intervención.
Asimismo, se exhorta a integrar medidas de protección infantil en los sistemas educativos para asegurar entornos seguros y resilientes. También se propone la adopción de decisiones claras sobre la transformación de la arquitectura financiera internacional, con el objetivo de invertir en el profesorado, en su formación y capacitación a lo largo de toda la vida, así como en la dignificación de su profesión.
En España, la CME trabaja estrechamente con comunidades educativas para concienciar sobre la importancia de la educación como derecho humano y motor de desarrollo sostenible. A través de iniciativas como la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME), que se celebrará en abril, se invita a centros educativos, familias y estudiantes a movilizarse en la promoción de este derecho.
Mariluz Aparicio, coordinadora de la CME en España, enfatiza: «Invertir en la educación en emergencias es una cuestión de justicia social. No podemos permitir que ningún niño o niña quede atrás por causas que escapan de su control. Es el momento de actuar con valentía y visión, de garantizar que cada niño y niña, sin importar dónde se encuentre, tenga la oportunidad de aprender, crecer y construir un futuro».
La Campaña Mundial por la Educación es una coalición internacional formada por ONG, sindicatos del entorno educativo, centros escolares y movimientos sociales de diversas orientaciones que trabajan para reclamar el cumplimiento de los compromisos internacionales firmados por los Estados para garantizar el acceso a una educación de calidad para todas las personas en el mundo. En España, la coalición es liderada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas, Madre Coraje y Plan International.