El Centro de Estudios Vasculares ha dado a conocer varias rutinas de ejercicios sencillos que pueden ser incorporados al día a día para mejorar la circulación y cuidar la salud vascular. Según el centro, unos minutos de actividad física pueden marcar una gran diferencia.
El sistema vascular, compuesto por venas y arterias, es el encargado de transportar la sangre por todo el cuerpo. Un buen funcionamiento de este sistema asegura que los órganos reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios para operar a su máxima capacidad. No obstante, una circulación deficiente puede causar fatiga, hinchazón, dolor en las piernas y problemas más graves, como coágulos y enfermedades del corazón.
Afortunadamente, la actividad física regular puede mejorar significativamente la circulación. Fortalecer el corazón y ayudar a que las venas y arterias cumplan su función de manera más eficiente son algunos de los beneficios de incorporar ciertos ejercicios a la rutina diaria.
Caminar es una opción excelente y fácil para mejorar la salud vascular. Con solo 30 minutos al día, se puede fortalecer el corazón y aumentar el flujo sanguíneo, especialmente en las piernas, donde suelen aparecer muchos problemas circulatorios. Además, se trata de una actividad de bajo impacto segura para personas de todas las edades.
Para aquellos que pasan mucho tiempo sentados o de pie, la elevación de piernas es un ejercicio recomendable. Este sencillo movimiento, que consiste en acostarse boca arriba y elevar las piernas por encima del nivel del corazón durante unos minutos, facilita el retorno de la sangre al corazón y reduce la hinchazón.
Otro ejercicio útil son las rotaciones de tobillos. Desde una posición sentada, con una pierna levantada, se deben realizar rotaciones suaves del tobillo en ambas direcciones. Esta actividad es especialmente buena para quienes pasan largas horas sentados en una oficina o viajando.
La natación es otro ejercicio altamente efectivo. No solo mejora la capacidad cardiovascular, sino que también facilita la circulación sin ejercer presión en las articulaciones. El agua sirve como resistencia natural que aumenta la fuerza muscular y estimula el flujo sanguíneo. Nadar varias veces a la semana puede tener un efecto muy positivo en la salud vascular.
La respiración profunda y consciente también tiene un impacto en la circulación. Inhalar profundamente por la nariz, mantener el aire unos segundos y exhalar lentamente por la boca oxigena mejor la sangre y mejora su flujo. Este ejercicio se puede repetir varias veces al día para mantener la circulación óptima.
Finalmente, no es necesario pasar horas en el gimnasio para mantener una buena salud vascular. Pequeños ajustes en la rutina diaria pueden tener un gran impacto. Elegir los ejercicios que más gustan y empezar a moverse es clave; el cuerpo lo agradecerá, y el riesgo de problemas graves en el futuro se reducirá considerablemente.