Desde la entrada en vigor del Real Decreto 666/2023, que regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios, la comunidad veterinaria ha expresado serias preocupaciones sobre su implementación, especialmente en lo que respecta a la nueva aplicación de comunicación sobre las prescripciones de antibióticos, conocida como PRESVET. Esta normativa ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza entre los profesionales de la medicina veterinaria de animales de compañía.
Los veterinarios han señalado que la normativa impone restricciones que pueden retrasar el inicio de tratamientos vitales. Además, consideran que el régimen sancionador asociado es desproporcionado y difícil de asumir. Estas preocupaciones han llevado a que se manifiesten críticas sobre la capacidad de actuación de los veterinarios ante esta situación.
A pesar de las críticas, las autoridades han calificado este primer año como un periodo de transición, donde el enfoque está en facilitar la comprensión de la normativa y su cumplimiento. El Ministerio de Agricultura ha reconocido la gravedad de la situación y se ha comprometido a revisar las sanciones establecidas, llegando a indicar que existe un texto aprobado para modificar la normativa que será publicado en los próximos meses.
Durante este tiempo, el Servicio de Atención al Colegiado ha estado disponible para resolver dudas y ofrecer apoyo a los veterinarios que enfrentan cambios en sus prácticas diarias. Hasta el momento, se han atendido más de 200 consultas y se han gestionado más de 80 certificaciones digitales.
Además, el Colegio de Veterinarios de Madrid ha programado una jornada el próximo 21 de enero en su sede, donde se espera la participación de especialistas en el Plan de Resistencias Antimicrobianas, así como representantes del Ministerio de Agricultura y de la Agencia Española del Medicamento. El objetivo es proporcionar una visión más detallada sobre la implementación de la normativa y el uso de antibióticos.
Finalmente, el Colegio de Veterinarios reitera su compromiso con la defensa de los intereses de la profesión y la mejora de las condiciones laborales de los veterinarios, quienes son fundamentales en la lucha contra la resistencia a los antibióticos y el uso responsable de los medicamentos en animales. Con un enfoque colaborativo y un diálogo abierto, se espera que este proceso de adaptación resulte beneficioso tanto para los profesionales como para el bienestar de los animales.