Con la llegada de los meses más fríos del año, las condiciones laborales de aquellos que realizan su trabajo al aire libre se ven significativamente afectadas por el clima adverso. El frío extremo, la lluvia y el viento no solo generan incomodidades, sino que también pueden representar un riesgo serio para la salud de estos trabajadores. Problemas musculoesqueléticos, respiratorios, cardiovasculares, e incluso la hipotermia y congelación, pueden ser algunas de las consecuencias de estar expuesto a estas inclemencias del tiempo.
En este contexto, el estrés térmico se considera un factor de riesgo importante, ya que, además de sus efectos directos sobre la salud, puede aumentar la probabilidad de accidentes debido a la pérdida de reflejos y capacidades físicas. Por lo tanto, es crucial que los trabajadores del sector industrial, y otros que laboran bajo estas condiciones, cuenten con un vestuario adecuado que los proteja de las bajas temperaturas.
Monza, una empresa con más de 65 años de experiencia en vestuario laboral, ha compartido una serie de recomendaciones sobre las características que debería tener la ropa de trabajo en situaciones de frío intenso. Las prendas deben ofrecer un buen aislamiento térmico, ser resistentes al agua y garantizar una resistencia térmica adecuada para mantener el calor corporal. Además, es importante que proporcionen seguridad y comodidad, ajustándose correctamente al cuerpo sin restringir los movimientos.
El uso de ropa laboral especializada no solo contribuye a la seguridad y salud de los empleados, sino que también mejora su productividad. La selección de las prendas dependerá de si el trabajo se realiza en interiores o exteriores. Por ejemplo, en ambientes interiores fríos con temperaturas entre 14 y 18 grados, se recomienda el uso de polos como capa superior. Si la temperatura baja a los 12 grados, se sugiere el uso de sudaderas o chaquetas, mientras que para temperaturas entre 10 y 15 grados se aconsejan canguros o polares. Para temperaturas de hasta cinco grados, se consideran esenciales los chalecos como primera capa de aislamiento.
En trabajos al aire libre, con temperaturas entre cinco y 15 grados, se recomiendan cortavientos de tejido softshell y chaquetas bomber. Para temperaturas que bajan hasta tres grados, Monza sugiere parkas desmontables, y en caso de lluvia, se vuelve indispensable el uso de un anorak impermeable.
En conclusión, el uso de ropa laboral adecuada frente al frío no solo busca evitar el estrés térmico y proteger al empleado, sino que también considera la estética de las prendas, proporcionando un sentimiento de pertenencia al vestir de manera uniforme y adecuada. La seguridad y la eficiencia en el trabajo, acompañadas de una imagen coherente, son fundamentales en el mundo laboral actual.