Un reciente informe ha revelado que los pagos digitales en tiendas generan significativamente menos emisiones de CO₂ en comparación con los pagos en efectivo. El estudio, elaborado por Patrice Geoffron, Profesor de Economía en la Universidad Paris Dauphine-PSL, empleó la metodología Life Cycle Analysis (LCA) para cuantificar y comparar las emisiones de CO₂-equivalente (CO₂e) asociadas a diferentes métodos de pago en Bélgica, incluyendo transacciones en tiendas y en línea.
Los resultados indican que una transacción en efectivo en tienda emite un 14% más de CO₂e que una transacción digital, con una emisión de 2.8 gramos de CO₂e para pagos en efectivo frente a 2.45 gramos para pagos digitales. Esta cifra se multiplica dramáticamente si se considera el transporte necesario para retirar el efectivo, elevando las emisiones de un pago en efectivo a 36.8 gramos de CO₂e, aproximadamente 15 veces más que una transacción digital.
El informe también analiza el ecosistema de pagos en Bélgica, donde Worldline es uno de los principales procesadores. Considera toda la cadena, desde bancos y proveedores de red hasta fabricantes de terminales, y propone varias iniciativas para reducir aún más la huella de carbono de las transacciones digitales. Entre estas medidas se destacan la eliminación de recibos en papel, la virtualización de tarjetas y el uso de pagos de teléfono a teléfono, lo cual podría reducir las emisiones de CO₂e en pagos digitales hasta en un 70%, llegando a 0.74 gramos por transacción.
Además, el estudio estima que las transacciones de pago en línea generan emisiones de 3 gramos de CO₂e y sugiere que el uso de smartphones podría reducir esta cifra hasta en 93%.
«El sector de los pagos dispone de varias palancas para adaptarse al imperativo de la descarbonización, incluyendo el diseño ecológico, la eficiencia energética, el abastecimiento de energía descarbonizada y los mecanismos de economía circular», señaló Patrice Geoffron.
Por su parte, Sébastien Mandron, responsable de RSE de Worldline, destacó la importancia de la colaboración sectorial: «La adopción continua de los pagos digitales ya está aportando una contribución positiva a las ambiciones de reducción de CO₂ de Europa. Sin embargo, para maximizar estas oportunidades, necesitamos trabajar colectivamente como un ecosistema, involucrando a bancos, reguladores, responsables políticos y ciudadanos en este objetivo común».
Este informe subraya la relevancia de los pagos digitales no solo por su conveniencia y seguridad, sino también por su menor impacto medioambiental, contribuyendo a los objetivos del Pacto Verde Europeo.